¿Lo bajaron? No, lo subieron. Claudio "Chiqui" Tapia fue noticia por haber sido echado de la Ceamse, en una movida que llevó la firma de Jorge Macri, en una disputa política relacionada con la oposición de Tapia a la implementación de las SAD. Pero lejos de quedarse en offside, el presidente de la AFA se acomodó la 10, levantó la cabeza... ¡y la colgó del ángulo! Tapia fue elegido para ocupar un cargo clave en la FIFA, esa mesa chica donde se definen las grandes jugadas del fútbol mundial. Un pase entre líneas que lo deja mano a mano con el poder global de la pelota. Y de paso, deja pagando a Macri, que ya no sabe cómo frenar el avance del "Chiqui Team". El expresidente venía presionando fuerte con su idea de las Sociedades Anónimas Deportivas, queriendo meterle capital privado a los clubes. Pero la AFA, comandada por Tapia, se la atajó sin despeinarse: 45 votos a 0 y una frase que fue como una patada en el pecho: “Por si no lo saben, acá habla el imperdonable”, tiró Chiqui, con la lengua tan filosa como los botines. La FIFA lo mira con buenos ojos. El ascenso del Chiqui no es casualidad: maneja la AFA con cintura, tiene el apoyo de los clubes grandes y chicos, y no se achica frente a los que quieren privatizar la pasión. ¿Macri? Vuelve al vestuario sin respuestas. Otra derrota, otra vez ante el mismo rival. Como si el Chiqui fuese su Bestia Negra.